Lo que el consumidor percibe en la góndola al tomar un envase, influirá en mayor o menor medida en su decisión de compra. Las percepciones sensoriales son siempre subjetivas, sin embargo, cuando nos referimos a packaging la más importante es sin dudas el color.
El color es un pilar fundamental en la construcción de la imagen de marca, contribuye a generar impacto, a captar la atención del consumidor y a su retención en la memoria la mayor cantidad de tiempo posible. Se relaciona con lo que la marca busca transmitir y ayuda a su diferenciación. Claro ejemplo de ello es el “rojo Coca-Cola”, único dentro de los muchísimos rojos posibles.
Resulta claro entonces entender la importancia de garantizar que el color en el packaging respete las definiciones de su etapa de desarrollo.
El control visual del color que se realiza en el área de Calidad de packaging para garantizar la uniformidad en todos los lotes según un modelo puede parecer una tarea sencilla. Sin embargo, tiene algunas complejidades:
Un objeto manifiesta un determinado color al absorber todas las longitudes de onda, salvo las del matiz que refleja. Las longitudes de onda reflejadas son captadas por el ojo humano y decodificadas en el cerebro. Es por esto que, como mencionamos antes, el color es una “percepción” y, por lo tanto, algo subjetivo. Dos personas pueden percibir el color de un mismo objeto, de manera diferente.
A su vez, la percepción del color es condicionada por la luz ambiente. Una misma persona puede ver un determinado objeto de un color bajo luz solar, y de otro si se encuentra, por ejemplo, bajo luz de un tubo fluorescente.
La subjetividad en la observación del color por el ojo humano puede ocasionar múltiples inconvenientes para la industria, como por ejemplo: reclamos y devoluciones por diferencias en la apreciación del color entre el proveedor y el cliente, material retenido y paradas de línea por errores en la aprobación del material en el ingreso, daño en la imagen de marca por diferencias de color entre dos productos que comparten góndola.
Es por ello que, para estandarizar la medición del color, es fundamental contar con herramientas tecnológicas, que al leer un determinado color entreguen un resultado objetivo.
Para alcanzar ese resultado, se han definido diversas escalas, que, a través de coordenadas, definen cada color en particular en forma inequívoca otorgándole un valor numérico.
Hasta ahora la medición de color en el packaging a través de tecnología requería el uso de equipos específicos, como por ejemplo espectrofotómetros, con un alto costo de inversión, una gran sofisticación y complejidad para realizar lecturas.
Arviscan es el software de visión artificial que permite ejecutar una inspección total del arte a través de un control automatizado e inteligente.
La herramienta para medición de color de ARVISCAN, es disruptiva, simple y capaz de medir el color en los materiales de packaging y devolver el resultado en las escalas LAB y RGB de manera automática. Adicionalmente es capaz de determinar, en forma numérica, la diferencia de color entre dos muestras (Delta E), lo que permite evaluar, en forma objetiva, el grado de desvío en el color de una muestra respecto de su patrón.
Suma la tecnología de ARVISCAN al control de calidad de tu packaging, podrás reducir costos por ineficiencias operativas y errores de control, garantizando el valor y atributos de la marca.
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